Los panelistas criticaron la ausencia de un protocolo de intervención de adicciones
Los expositores del panel “El consumo y venta de droga en la vida cotidiana. Los jóvenes, las caras visibles de una compleja trama” denunciaron al Estado por la falta de protocolo de intervención y prevención de adicciones en los jóvenes y la desarticulación entre los diferentes organismos estatales que debieran encargarse de la problemática. La participación del público en el debate posterior desató la polémica con acusaciones y cuestionamientos al papel que cumple la policía y algunos referentes del gobierno.
El Panel, que se realizó esta tarde en la Facultad de Ciencias
de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) en el marco de
la presentación de la novena edición de la revista Mal de Ojos, estuvo
integrado por cinco expositores que presentaron diferentes puntos de vista en
base a sus experiencias en el campo de las adicciones. Ellos fueron: Mónica
Olivera, vecina del barrio Lomas del Mirador de nuestra ciudad; Pablo
Barbirotto, defensor de Pobres y Menores de Paraná; Mario Elizalde, titular de
la Secretaría de Lucha Contra las Adicciones (SELCA); Nora Mian, rectora de la
escuela secundaria Bazán y Bustos; y José Amado, periodista de la sección
Policiales del Diario UNO Entre Ríos.
Foto: de izquierda a derecha: José Amado, Mario Elizalde, Pablo Barbirotto, Mónica Olivera, Nora Mian y Aixa Boeykens |
Barbirotto, tomó primero la palabra y desarrolló un discurso que
evidenció su descontento con la falta de articulación entre las diferentes
instituciones gubernamentales que debieran intervenir en la problemática social
del consumo de drogas en los jóvenes. “No basta únicamente con la actuación de
la justicia penal”, sentenció y argumentó que “la sola criminalización de esta
conducta por la justicia penal sin un sistema de salud y de protección de
derechos, no va a resolver absolutamente nada”.
El público y los demás panelistas manifestaron su acuerdo cuando
expresó: “El derecho penal interviene cuando el resto de las instituciones que
deberían haber visualizado y solucionado el problema, no hicieron lo que debían
o ni siquiera lo vieron. (…) La justicia interviene con un enfoque
unidimensional para tratar un problema que es multidimensional. (…) lo que,
desde mi punto de vista, es una locura”, luego de detallar, con ejemplos
concretos de su experiencia en el campo, cuáles son las fallas de los
organismos de la justicia y la salud.
De igual manera, las panelistas Mian y Olivera denunciaron que la
ausencia de un protocolo de acción articulado para intervenir en un caso de
adicción es preocupante, ya que la medida que impone que para internar a un
menor debe ser con su propio consentimiento no tiene sentido. Mientras que los
hospitales y centros de salud mental están colapsados o no están correctamente
capacitados para atenderlos, por lo que los pacientes son continuamente
derivados y no obtienen la atención que necesitan.
Si bien las estadísticas son inexistentes en los organismos relacionados
a la problemática, el periodista José Amado presentó sus propios relevamientos
a partir de notas que ha tomado de los casos en los que ha trabajado. En
Paraná, en lo que va del 2015 han ocurrido 14 homicidios, de los cuáles 12
ocurrieron entre personas que vivían en el mismo barrio, incluso algunos en la
misma cuadra. Frente a esto, opinó que “el rol del Estado es por lo menos
pasivo o bobo”. Fundamentó, por otra parte, que hay notables diferencias
respectos de años anteriores en la edad promedio de las víctimas de homicidios,
que es de 26 años y la de los acusados es de 20.
Somos todos responsables pero nadie toma parte
Quien desató la controversia en el público fue el Dr. Mario Elizalde,
titular de la Secretaría de Lucha Contra las Adicciones (SELCA),
perteneciente al Ministerio de Educación, que desarrolla programas preventivos
y asistenciales en diferentes áreas. Comenzó su discurso admitiendo que al
tomar el cargo no sabía con qué se iba a encontrar, y que aún hoy “no tenemos
la menor idea de lo que es la prevención de adicciones”. Acusó a las
comunidades terapéuticas de la década del ´90 de ser un “negocio fabuloso”, y
afirmó que “el único que sobra es el narcotraficante. Ni siquiera la droga
sobra. Ustedes lo han visto, es un floripondio hermoso” y continuó diciendo que
el narcotraficante es el culpable de transformarlo en una adicción. En un
lenguaje más académico y propio de la medicina explicó la problemática desde
una perspectiva biológico. Además, atribuyó créditos a la gran cantidad de
programas de capacitación que realizan desde la Secretaría aunque ninguno tenga
una aplicación en la práctica de prevención. Por último, responsabilizó especialmente
a la comunidad académica y al sector de salud por no distribuir el conocimiento
sobre la temática.
Las 70 personas que ocupaban parte del Auditorio Rodolfo Walsh de la
Facultad de Ciencias de la Educación, entre ellas, alumnos, docentes, y
profesionales de diferentes áreas relacionadas a la temática en discusión, se
manifestaron acentuando el descontento general con las declaraciones de Elizalde.
La moderadora y directora de la revista intervino para aportar que no es el
mismo grado de responsabilidad el que tienen los educadores que los
funcionarios públicos. En este clima de tensión entre los argumentos, participó
también una trabajadora del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la
Familia (COPNAF) que criticó al titular del SELCA por responsabilizar a otros
organismos y no tomar medidas desde el cargo que él ocupa. Si bien Elizalde
insistió en que la Secretaría pertenece al Ministerio de Educación y no al área
de Salud por lo que está fuera de sus manos tomar medidas en otro campo, el
público no quedó satisfecho con su exposición.
Foto: Auditorio Rodolfo Walsh |
Un cambio en los códigos narco
Un fenómeno social actual que hasta hace unos años no era tan visible es
la venta de drogas en el barrio. Antes, los narcos protegían a los vecinos y a
su territorio, no involucrando a los chicos en el circuito. Como es de público
conocimiento, las reglas han cambiado para mal ya que los jóvenes se inician
cada vez a más temprana edad debido a la facilidad para conseguir las
sustancias.
Los delitos sistemáticos son los que se cometen dentro del marco de
redes de distribución de drogas y son los más violentos porque siempre implican
armas. “Podríamos decir que está situación, por gravísima que es, ni siquiera
es encuadrada dentro de los hechos de inseguridad”, aseveró Barbirotto, porque
no se está atacando a un tercero inocente, sino que los crímenes se producen
entre bandas que están en la ilegalidad.
A este respecto, Mónica Olivera, madre de un adolescente que estuvo
implicado en la drogadicción y que sólo logró sacarlo del sistema al irse del
barrio en el que vivían. Acusó a la policía de ser cómplice de la venta y
distribución de droga en el vecindario y entre los chicos, alegando que los
puntos de venta están ubicados frente a las comisarías y no se hace nada al
respecto. Asimismo rescató la acción de Barbirotto y de otras autoridades del
COPNAF, por su participación activa en la zona.
Por otra parte, Nora Mian, que también es madre de un joven que fue
adicto, expresó su visión como profesora de escuelas de zonas marginales. “La
aparición de la droga es un síntoma de un tejido social roto, de una relación
de poder que mira para otro lado” dijo a modo de denuncia, a partir de las
anécdotas que conoce de sus alumnos.
Ambas madres, sentadas una al lado de la otra en el panel, se mostraron
en acuerdo entre ellas y con Barbirotto comentando por lo bajo o asintiendo a
sus exclamaciones. Por el contrario, reaccionaron con igual enojo ante las
declaraciones de Elizalde, así como los presentes en el público.
Los soldaditos
Barbirotto, buscó esclarecer cuál es el motivo de la asociación:
juventud – pobreza – drogas = delito. A tal fin, especificó los tipos de
delitos relacionados con el consumo de drogas: delitos psicofarmacológicos, delitos
compulsivos con fines económicos y delitos sistemáticos, posicionando a los
jóvenes como “soldaditos” en la batalla de los narcotraficantes que los mandan
a vender en territorios ajenos. Cuestionó cómo es que los jóvenes consiguen
alcohol y psicofármacos, afirmando que siempre “hay un adulto detrás que
intenta aprovecharse de la situación de vulnerabilidad de los jóvenes y busca
el negocio”.
“¿Vio doctor cuando Popeye se toma la espinaca?”, es la frase con la que
un chico explicó en cierta ocasión al defensor de Pobre y Menores cómo lo hacía
sentir la droga. A partir de esto, los demás expositores afirmaron que el
consumo de sustancias químicas es para los adolescentes, un medio de escape a
la violenta realidad que viven en sus casas. La droga se conforma en una
especie de “familia ortopédica del chico” por la contención que le brinda, en
palabras de Barbirotto.
Mian, en concordancia con estas palabras, mencionó que conoce al menos
tres alumnos que tienen heridas de bala en la pierna, signo de que los chicos
están dentro del sistema de narcotráfico y han sido advertidos de que no pueden
salir del circuito. “Los chicos se mueren como moscas y son anónimos”, aclamó.
Luego la discusión llevó a la recomendación de las denuncias anónimas
por parte del defensor, pero Olivera contra-argumentó que en una ocasión
denunció a un traficante y días después incendiaron su casa con ella y su hijo
adentro. Por más que la justicia ofrezca la reserva de la identidad del
denunciante, no presenta dificultad para los acusados encontrar quien fue.
También tuvo lugar, aunque no fue ampliamente discutido, el tema de la
baja de imputabilidad, con la que ninguno de los expositores se mostró de
acuerdo, aunque reconocieron que el proyecto de ley de la provincia que busca
garantizar un proceso penal para los jóvenes, constituye un paso adelante en la
justicia.
La cocina de los medios
La revista “Mal de Ojos. Mirar fuerte los temas que
nos comprometen” tiene como eje temático a los adolescentes y jóvenes de Entre
Ríos y Santa Fe, y es parte del “Proyecto de Curricularización de la Extensiónde la. Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria” de la UNER. Esta fue
realizada por estudiantes y docentes del Taller de Producción Periodística del año
2014 de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social.
El panel estuvo precedido por una breve exposición de dos alumnos que
participaron de la producción de la última edición de Mal de Ojos, Paulo
Palacio y Nahuel Amore. En sus relatos marcaron el trabajo de campo y las
dificultades a las que se enfrentaron para obtener datos de las fuentes
policiales y de los Ministerios de Salud y Educación. Ambos hicieron hincapié
en que la situación de los jóvenes de Paraná y Santa Fe, como caras visibles
del problema, es sólo un velo que oculta una trama compleja. En referencia a la publicación final,
lamentaron que a pesar de los esfuerzos, muchos testimonios hayan quedado fuera
por cuestiones de extensión, pero rescataron que son “voces que laten en los
textos”.
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