Se realizó un panel sobre adicciones y venta de drogasen la Facultad de Ciencias de la Educación
Con un panel integrado por un nutrido grupo de personas que conocen la -problemática desde distintas perspectivas, se presentó la 9º Revista Mal de Ojos. Esto aconteció en el Auditorio de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER. Hubo distintas críticas al Estado y sus responsabilidades. Se analizó las consecuencias del consumo y venta de drogas y la necesidad de actuar de manera articulada. Propusieron que se implemente un protocolo de acción.
Por Victoria Natiello
Panel sobre adicciones: De izquierda a derecha: José Amado, Mario Elizalde, Pablo Barbirotto, Mónica Olviera, Nora Mian y Aixa Boeykens. |
Durante la jornada se analizó las consecuencias del consumo y la venta de drogas, entre las que se encuentra principalmente la delincuencia juvenil. El defensor de Pobres y Menores de Paraná fue el primer invitado en exponer, y manifestó que los efectos del consumo impactan con más fuerza en los sectores más frágiles y vulnerables de la sociedad. Además, agregó que “en muchos casos la droga se convierte en una especie de familia ortopédica del chico” esto es porque, según aclaró, la ausencia de un contexto social y familiar que los contenga los hace muy permeables a lo que son las adicciones, entonces, la contención que el chico no encuentra en su casa, la busca en las sustancias psicoadictivas
En este sentido, Nora Mian, rectora de la Escuela Bazán y Bustos del Barrio El Sol, indicó que las adicciones ocurren cuando hay una familia ausente, un adulto que no se responsabiliza y sobre todo, por la falta de articulación entre los organismos que son responsables, ya sea porque están colapsados o no tienen la inversión necesaria para poder gestionar un tratamiento. La educadora relató que a veces llaman al Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (COPNAF) y al 102 (Ayuda al niño), pero las respuestas no son lo que esperan y a veces ni siquiera atienden. “Hay que articular bien esto, hay que generar lugares de atención para los chicos porque se mueren como moscas”, afirmó y tras esta frase se escucharon aplausos de la totalidad de los asistentes al auditorio.
En sintonía con el resto del panel que opinó sobre la necesidad de actuar de manera articulada entre los distintos organismos del Estado y que cada intervención se dé con un enfoque multidimensional, Barbirotto reconoció que no basta únicamente con la actuación de la justicia penal y con poner penas a los adolescentes que se ven involucrados en hechos delictivos producto de adicción a las drogas, sino que se requiere una atención urgente, eficaz y de calidad. Asimismo dijo que “el derecho penal interviene cuando el resto de las instituciones que deberían haber visualizado o solucionado el problema no lo hicieron o ni siquiera vieron el problema”, y agregó que “pretender solucionar un problema de salud mental, un problema social con el código penal no solamente es inútil sino también una locura”. El abogado propuso la creación de un protocolo de acción para tratar conductas adictivas, así como se implementó el realizado para situaciones de Abuso sexual.
La responsabilidad de los adultos es evidente, el defensor de Pobres y Menores se cuestionó, ¿cómo un menor puede conseguir alcohol, y Rivotríl y Clonazepam, que se venden bajo receta archivada? En la mayoría de los casos hay un adulto detrás que intenta aprovecharse de la vulnerabilidad de los jóvenes y hace su negocio.
Hubo aproximadamente 70 asistentes a la jornada, entre estudiantes, profesores y el equipo de producción de la revista que asistieron para escuchar el panel, que se desarrolló por más de dos horas en el Auditorio. Las mujeres que acudieron invitadas a la mesa de expositores, vivieron las adicciones en sus propios hijos. Tanto Mónica Olivera, como Nora Mian, contaron su experiencia. La primera, que es vecina del Barrio Lomas del Mirador II, confesó que el menor de sus hijos comenzó a consumir sustancias psicoadictivas, se lo incentivó al consumo por el sentido de pertenencia al barrio. Primero, lo quiso internar, pero con la nueva Ley de Salud Mental no pudo -ya que las internaciones son voluntarias-, también lo llevó a psicólogos y hasta aceptó que fumara dentro de su casa, por “miedo a que me lo maten en la esquina”, mencionó la mamá. Logró que saliera de lo que dice que fue una situación terrible, cuando lo sacó del barrio, y terminó su relato pidiendo a la gente que no juzgue, porque hasta ella lo hacía.
Nora Mian, rectora de la Escuela Bazán y Bustos del Barrio El Sol, dio su punto de vista no sólo como mamá, cuyo hijo fue adicto, sino también como educadora. “La Aparición de la droga es un síntoma de un tejido social roto, de una relación de poder que mira para otro lado”, denunció desde las anécdotas que los chicos cuentan en su lugar de trabajo. Y lo cierto es que la droga esta en todos los ámbitos, como manifestó Mian, no sólo es un problema de los barrios urbanos marginales.
Tanto Olivera como Mian, aseguran que todos saben en el barrio quien vende drogas, y quien consume, y el periodista atestigua que “el rol del Estado es pasivo o bobo”, pero al no tener pruebas no pueden denunciarlo.
Drogas y delito
Los asistentes a la jornada. |
Los números son aberrantes hoy en día, según comentó Nora Mian, entre el 40% y 50% de la población estudiantil tiene o ha tenido contacto con la drogas. En los barrios, además, se le suma el problema con el delito, “el delito para consumir, el delito para pertenecer y para resignificarse”, agregó la profesora. A los chicos los utilizan como vendedores en el barrio, y les resulta imposible salir, ya que, según comenta, un tiro en la pierna es el aviso que no podes dejar de vender. En relación a esto, entra en escena un nuevo protagonista: el “Soldadito”, asegura José Amado; se trata de los chicos excluidos del sistema, presos del consumo de drogas que los buscan porque son inimputables y los desechan cuando cumplen la mayoría de edad.
El Secretario del SELCA, Mario Elizalde mencionó que tienen diseñados 16 programas de prevención del consumo y las adicciones, además de que el principal inconveniente es que los alumnos de las carreras de enfermería y de psicología, no tienen la menor idea de lo que es esta problemática. Por esta razón, quieren diseñar una herramienta física para que estos temas se incorporen a la currícula.
Sobre el consumo de marihuana, detalló Elizalde que cuando uno fuma un porro, se activa una parte del cerebro que hace que uno sea distinto, se genera, por ejemplo, una alteración de la relación tiempo distancia, un cambio en el alerta la precaución. Hacia el final de su exposición dijo que “la planta de marihuana es preciosa, el problema es el narcotraficante”. Nora Mian en éste sentido, comentó que chicos que hubieran podido tener la oportunidad de terminar la escuela secundaria y comenzar la universidad, quedan fuera del sistema y la droga destruye sus neuronas.
Elizalde sentenció que “cada uno tiene su cuota de responsabilidad”, al tiempo que contó a modo de ejemplo que en Hernandarias, el 55% de los alumnos de sexto grado consume alcohol, y éste hábito fue incorporado en su casa. En este contexto, dijo que el Estado tiene su responsabilidad, porque no controla la venta a menores, pero también los padres.
Un momento de tensión se vivió entre los presentes, cuando una docente intervino para disentir con las palabras del Secretario del SELCA, y le dijo que no es la misma responsabilidad la que tienen los distintos organismos del Estado o los ministerios, porque a la hora de combatir el narcotráfico, le tiran la pelota a la sociedad, y aunque sin recursos, los docentes van a trabajar aunque vuelen las balas. Pablo Barbirotto, al respecto agregó que el papel del docente es pura vocación, porque hacen un esfuerzo sobrehumano, por encima de las funciones que le corresponden, para intentar contener a los chicos en las escuelas.
Mal de Ojos
“Mal de Ojos: mirar fuerte los temas que nos comprometen”, es el nombre de la revista que se presentó en esta oportunidad, en su novena edición. Es realizada de manera integral por el equipo de cátedra y los estudiantes del Taller de Producción periodística, de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNER. Esto surge en el marco de un programa de extensión, denominado “Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria”.
La revista contiene informes periodísticos realizados por estudiantes, a partir de investigaciones en Paraná, Santa Fe y alrededores, y se puede leer en la web en el sitio (Click aquí). Además se distribuye de manera gratuita en la Secretaría de Extensión de la Facultad.
En relación a esto, Pablo Barbirotto señaló que la revista es un excelente trabajo y que va a ser un lugar de consulta para los que trabajan en esta temática. José Amado, por su parte, expresó que “hacen falta en Paraná producciones de calidad, como lo es ésta revista. Hoy en día las investigaciones son escuetas y necesitamos de más iniciativas como esta”.
El panel se comenzó a desarrollar, como estaba previsto, a las 15:30, con dos estudiantes que contaron la experiencia de haber realizado los informes que contiene la revista. Por un lado, Nahuel Amore hizo hincapié en las fuentes que nutrieron su informe: el Estado, al que hay que insistir para conseguir datos, los mismos jóvenes, diversos especialistas, como el allí presente Pablo Barbirotto, y trabajadores sociales, psicólogos y psicopedagogos. Paulo Palacios, por su parte, contextualizó el informe periodístico en la ciudad de Santa Fe, y mencionó que su idea es darle voz a los adolescentes, que son quienes más sufren esta problemática. “Cuando uno se enfrenta cara a cara con esta problemática se genera un cambio de conciencia, entiende que no le son ajenas a uno mismo”, manifestó Palacios, y agregó que uno asume cierta responsabilidad y compromiso, no solo con los actores que se ven involucrados, sino con la elaboración misma del trabajo.
Finalmente, la profesora titular del Taller de Producción Periodística y moderadora de la jornada, precisó: “que sean los jóvenes los principales afectados de este contexto que se está viviendo no nos resulta indiferente, nos preocupa y desde la universidad quisiéramos trabajar todos los días como no aceptar ni tomar como natural la violencia que vivimos cotidianamente”. Asimismo, agregó que evitar rotular ayuda a ampliar las miradas sobre el abordaje de esta temática tan compleja que modifica nuestra calidad de vida democrática.
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Barbirotto expresó que las estadísticas y los medios de comunicación sobre todo nacionales, nos venden una relación inseparable entre lo que es droga, juventud, pobreza y delito, pero no se puede determinar esta relación que parece casi perfecta, “no existe una sustancia psicoadictiva que pueda provocar efectos para cometer delitos” asume. Mencionó tres tipos de delincuencia juvenil relacionada con drogas, en primer lugar, los delitos psicofarmacológicos, que son aquellos que se cometen bajo los efectos de alguna sustancia psicoadictiva. Un ejemplo de esto son los psicofármacos mezclados con alcohol, que es lo que mayormente se consume entre los adolescentes de la ciudad de Paraná.
En segundo lugar, se encuentran los delitos juveniles compulsivos con fines económicos, que se cometen para conseguir la droga o los medios para procurársela. En este sentido, el 80% de los delitos que cometen los menores de edad, es el robo de teléfonos celulares, también el trueque de indumentaria o electrodomésticos, para darles a los que les venden las drogas. Y por último, los delitos sistemáticos, dentro del sistema de redes de distribución de drogas. Son los más violentos, están relacionados con las armas y en la mayoría de los casos hay homicidios o heridos de gravedad.
El periodista de la sección policial de Diario Uno, desde su experiencia en los cinco años que lleva trabajando allí, compartió que en lo que va del año, hubo 14 homicidios en la ciudad de Paraná, que ocurrieron todos entre conocidos. Inclusive, 12 de ellos vivían en el mismo barrio, algunos en la misma cuadra. Y ninguno fue en ocasión de robo. El promedio de edad de las personas que han participado en los hechos violentos, de muertos es de 26 años y de los acusados es de 20 años, donde hay chicos involucrados.
En segundo lugar, se encuentran los delitos juveniles compulsivos con fines económicos, que se cometen para conseguir la droga o los medios para procurársela. En este sentido, el 80% de los delitos que cometen los menores de edad, es el robo de teléfonos celulares, también el trueque de indumentaria o electrodomésticos, para darles a los que les venden las drogas. Y por último, los delitos sistemáticos, dentro del sistema de redes de distribución de drogas. Son los más violentos, están relacionados con las armas y en la mayoría de los casos hay homicidios o heridos de gravedad.
El periodista de la sección policial de Diario Uno, desde su experiencia en los cinco años que lleva trabajando allí, compartió que en lo que va del año, hubo 14 homicidios en la ciudad de Paraná, que ocurrieron todos entre conocidos. Inclusive, 12 de ellos vivían en el mismo barrio, algunos en la misma cuadra. Y ninguno fue en ocasión de robo. El promedio de edad de las personas que han participado en los hechos violentos, de muertos es de 26 años y de los acusados es de 20 años, donde hay chicos involucrados.
Final del panel y debate
El Secretario del SELCA, Mario Elizalde mencionó que tienen diseñados 16 programas de prevención del consumo y las adicciones, además de que el principal inconveniente es que los alumnos de las carreras de enfermería y de psicología, no tienen la menor idea de lo que es esta problemática. Por esta razón, quieren diseñar una herramienta física para que estos temas se incorporen a la currícula.
Sobre el consumo de marihuana, detalló Elizalde que cuando uno fuma un porro, se activa una parte del cerebro que hace que uno sea distinto, se genera, por ejemplo, una alteración de la relación tiempo distancia, un cambio en el alerta la precaución. Hacia el final de su exposición dijo que “la planta de marihuana es preciosa, el problema es el narcotraficante”. Nora Mian en éste sentido, comentó que chicos que hubieran podido tener la oportunidad de terminar la escuela secundaria y comenzar la universidad, quedan fuera del sistema y la droga destruye sus neuronas.
Elizalde sentenció que “cada uno tiene su cuota de responsabilidad”, al tiempo que contó a modo de ejemplo que en Hernandarias, el 55% de los alumnos de sexto grado consume alcohol, y éste hábito fue incorporado en su casa. En este contexto, dijo que el Estado tiene su responsabilidad, porque no controla la venta a menores, pero también los padres.
Un momento de tensión se vivió entre los presentes, cuando una docente intervino para disentir con las palabras del Secretario del SELCA, y le dijo que no es la misma responsabilidad la que tienen los distintos organismos del Estado o los ministerios, porque a la hora de combatir el narcotráfico, le tiran la pelota a la sociedad, y aunque sin recursos, los docentes van a trabajar aunque vuelen las balas. Pablo Barbirotto, al respecto agregó que el papel del docente es pura vocación, porque hacen un esfuerzo sobrehumano, por encima de las funciones que le corresponden, para intentar contener a los chicos en las escuelas.
Mal de Ojos
La revista que se presentó en ésta oportunidad.
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La revista contiene informes periodísticos realizados por estudiantes, a partir de investigaciones en Paraná, Santa Fe y alrededores, y se puede leer en la web en el sitio (Click aquí). Además se distribuye de manera gratuita en la Secretaría de Extensión de la Facultad.
En relación a esto, Pablo Barbirotto señaló que la revista es un excelente trabajo y que va a ser un lugar de consulta para los que trabajan en esta temática. José Amado, por su parte, expresó que “hacen falta en Paraná producciones de calidad, como lo es ésta revista. Hoy en día las investigaciones son escuetas y necesitamos de más iniciativas como esta”.
Nahuel Amore y Paulo Palacios, relatando su experiencia. |
Finalmente, la profesora titular del Taller de Producción Periodística y moderadora de la jornada, precisó: “que sean los jóvenes los principales afectados de este contexto que se está viviendo no nos resulta indiferente, nos preocupa y desde la universidad quisiéramos trabajar todos los días como no aceptar ni tomar como natural la violencia que vivimos cotidianamente”. Asimismo, agregó que evitar rotular ayuda a ampliar las miradas sobre el abordaje de esta temática tan compleja que modifica nuestra calidad de vida democrática.
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